Hace unos meses, recibí una queja de un amigo que había instalado una encimera de granito blanco en su cocina. Según él, notó que después de un año, la apariencia de la superficie empezó a cambiar. La exposición prolongada a productos químicos, como limpiadores fuertes y desinfectantes, claramente le estaba pasando factura a su encimera. Granito blanco es conocido por su durabilidad, pero cuando entran en juego ciertos factores, incluso este material robusto puede verse afectado.
Primero, hay que tener en cuenta el tipo de productos químicos a los que el granito blanco se somete frecuentemente. Por ejemplo, un limpiador con un pH alto (como la lejía) puede tener un efecto nocivo. Imagínate usar lejía todos los días en tu hogar, incluso con un uso moderado durante un año, que son aproximadamente 365 ciclos de limpieza. El daño se va acumulando. La industria de los limpiadores domésticos sabe muy bien que estos productos pueden ser extremadamente agresivos para materiales naturales.
Hay casos documentados donde empresas que hacen mantenimiento de superficies recomendaban la protección regular del granito blanco con selladores específicos. Si se hace cada seis meses, aumentarías la protección de tu encimera. Incluso, empresas como Granite Gold han hecho estudios que muestran que el uso regular de selladores puede aumentar la longevidad del granito en un 30%. Esto se traduce en que si una encimera de granito blanco debería durar 20 años, sin protección esta durabilidad se puede ver reducida considerablemente.
Un ejemplo relevante es una industria hotelera en la cual se instalaron superficies de granito blanco en varias suites de lujo. Sin embargo, después de dos años, la gerencia notó manchas y decoloración en un 15% de las encimeras de granito. Después de una investigación, descubrieron que los equipos de limpieza usaban desinfectantes industriales que contenían ácido muriático, un producto químico demasiado fuerte para el granito.
Si hablamos de cuál es la mejor estrategia para proteger tu granito, la clave está en el equilibrio. Evitar productos demasiado ácido o básico es fundamental. Además, sé consistente con la limpieza; no requiere productos elaborados, a menudo basta con agua y jabón neutro. La aplicación de un sellador de calidad al menos cada año puede hacer una gran diferencia. Sí, es una labor que tomaría alrededor de 1-2 horas, pero te ahorrará el costo de reemplazar la encimera en el futuro.
Retomando mi experiencia personal, mi amigo finalmente decidió probar un enfoque menos invasivo después de la charla. Cambió su limpiador habitual por uno con pH neutro y comenzó a sellar su granito cada seis meses. A día de hoy, su encimera ha recuperado gran parte de su brillo original y ha evitado el deterioro que observó inicialmente.
En resumen, si valoras tu inversión en granito blanco, es necesario tomar medidas preventivas. La correcta selección de productos de limpieza y la aplicación regular de selladores son pasos esenciales para mantener la apariencia y funcionalidad de tu encimera, especialmente cuando ya has notado señales de daño. No subestimes el impacto que los productos químicos pueden tener a largo plazo. Tu granito te agradecerá el esfuerzo con muchos años de belleza y durabilidad.